25 mar 2020

HISTORIA LATINOAMERICANA Y ARG. 5to. AÑOS / act 2


HISTORIA LATINOAMERICANA Y ARGENTINA 2020

5to. AÑOS (Modalidades Ciencias Sociales)

ACTIVIDAD 2 / SEMANA 2


Contenidos

-       Concepto de pandemia, características. Política exterior de Estados Unidos en Latinoamérica en el siglo XX. Intervenciones militares norteamericanas en Latinoamérica. La situación de Latinoamérica ante el Covid19 (corona virus) 


Material/ Recursos:

Texto proveniente de: Atlas Histórico De América Latina Y El Caribe. Aportes Para La Descolonización Pedagógica Y Cultural”. Universidad Nacional de Lanús. 2016
-       Artículos periodísticos de : https://www.pagina12.com.ar. 18 de marzo de 2020.
-       https://www.bbc.com. 12-03-2020.

Actividades

1.    Lectura del siguiente texto para responder luego las consignas dadas:

EL EXPANSIONISMO NORTEAMERICANO SOBRE CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE:

“Desde principios del siglo XIX, existieron voces en los Estados Unidos partidarias de convertir a Centroamérica y al Caribe en un área de dominación norteamericana. En 1823, el presidente James Monroe expuso una declaración —conocida como doctrina Monroe—contra posibles intervenciones en América, expresando que los Estados Unidos considerarían un peligro a su paz y seguridad a todo intento armado por restaurar el dominio colonial o extender el sistema monárquico a cualquier región del hemisferio occidental. Esta declaración, de aparente solidaridad con los nacientes países latinoamericanos, germinaba en sí misma la vinculación del sistema político republicano que Estados Unidos lideraba en ese momento con su determinismo geopolítico como protector de Occidente. Por tal motivo, a lo largo del siglo XIX, Estados Unidos no solo no reaccionó conforme a su «doctrina», cuando las potencias europeas efectivamente intervinieron en diversas oportunidades en Latinoamérica (en defensa de la expansión del mercado capitalista industrial), sino que llevó a cabo una serie de intervenciones en los asuntos internos de algunos de los nuevos Estados latinoamericanos, inspirados en una formulación geopolítica fundada en una suerte de conciencia sobre su misión histórica. Esta se inspiraba en la consideración de que su nación era la expresión material de una «Nueva Israel» americana (supuesto sustentado por los primeros colonos puritanos y cuáqueros británicos) predestinada por Dios para expandir la civilización. Esta autopercepción de redención expansionista, que fijó su primer objetivo en alcanzar la costa del Pacífico por la llamada «Conquista del Lejano Oeste», fue bautizada en 1845 por el periodista John O’Sullivan, manifest destiny (destino manifiesto): «El cumplimiento de nuestro destino manifiesto es extendernos por todo el continente que nos ha sido asignado por la Providencia, para el desarrollo del gran experimento de libertad y autogobierno». Alcanzado el objetivo territorial nacional hacia 1890, el objetivo se ampliaba hacia el resto del continente. Por ello, en 1893 los norteamericanos se reformularon el concepto de «frontera», a partir del debate interno sobre la necesidad de un mercado exterior, que les resolviera y financiara las crisis cíclicas de su propio mercado.

El progreso material de Estados Unidos sería ilimitado y duradero, siempre y cuando consiguiese abrir mercados dependientes en el exterior protegidos con métodos imperialistas, pero de un imperialismo informal, es decir, a través de acuerdos, cónsules, barcos o cañones. De esta manera, le otorgaron un carácter universalista al «Destino Manifiesto», extendiendo su potencialidad económica a todo el continente americano. La política expansionista sobre el Caribe obedeció a la necesidad de dar salida a los productos de su industria y agricultura. Con este objetivo se llevó a cabo en Washington en 1889 la Primera Conferencia Panamericana, con la idea de constituir una unión comercial panamericana, argumentando el provecho mutuo que tendría para todos los países, e instituir una unión aduanera con un banco interamericano y tribunales de arbitraje comercial. Pero los delegados latinoamericanos no se dejaron seducir por los intereses británicos. En ese contexto, en 1898 Cuba comenzó la segunda guerra de la Independencia, última colonia de España en Latinoamérica. Estados Unidos era lo suficientemente poderoso como para expulsar a España de Cuba y establecer en ella un área de influencia con proyección a todo el Caribe, impidiendo el surgimiento de una República independiente, auténticamente revolucionaria en la región. El Presidente McKinley resolvió intervenir en la guerra bajo pretexto de preservar la paz y garantizar la salvaguardia de los intereses de los ciudadanos norteamericanos en la isla, después de enviar al acorazado Maine a detenerse en La Habana. Misteriosamente, el Maine explotó en el puerto de La Habana —en lo que se presume fue un autoatentado, ya que la causa de la explosión nunca se esclareció— y por este suceso Estados Unidos declaró la guerra a España. Al finalizar, trece meses después, Estados Unidos negoció el tratado de paz con España por el cual, Cuba, (a quien no se le permitió intervenir en él) obtenía la independencia; por su parte, a los Estados Unidos se le otorgaba el derecho de garantizar el orden y la defensa de la isla, además de la posesión de las islas Filipinas, Guam y el control político sobre Puerto Rico. La nueva situación internacional ampliaba la injerencia norteamericana al océano Pacífico y Asia, por ello, ese mismo año, el Congreso aprobó la anexión de las islas Hawai y Wake (para garantizar su presencia en el Pacífico) y sostener la declaración de una política comercial de «puertas abiertas» con China. Esta política requería contar con un canal interoceánico que conectase el océano Pacífico con el Atlántico, proyecto que se concretaría luego de la declaración de la independencia de Panamá el 3 de noviembre de 1903, creando un Gobierno que firmara un tratado sobre el usufructo del canal y del territorio adyacente, al cual controlaría militar, social y políticamente. En Panamá, Estados Unidos sentó una de las bases para el intervencionismo armado en Latinoamérica. En América del Sur, en 1902, se produjo un suceso que los estadounidenses supieron aprovechar para reforzar los argumentos sobre seguridad hemisférica. La situación se presentó cuando Venezuela no pudo hacer frente a las obligaciones de su deuda con los países europeos, por lo que británicos, franceses y alemanes resolvieron enviar buques de guerra para bloquear sus puertos para que pagase su deuda. Esto ponía de relieve las argumentaciones sobre la amenaza que significaba para los intereses norteamericanos que buques de guerra europeos interviniesen en Latinoamérica. El presidente Theodore Roosevelt, en su discurso presidencial del 6 de diciembre de 1904, afirmaba que: «Mientras aquellos —los vecinos del sur— obedezcan las leyes primarias de la sociedad civilizada pueden estar seguros que serán tratados por nosotros con espíritu de cordialidad y simpatía. Nosotros interferiríamos solo en último recurso». Este tipo de declaraciones, que hacía más explícita la política intervencionista y expansiva norteamericana, formaría parte de un nuevo instrumento de justificación teórica denominado «corolario Roosevelt» (1904) que actualizaba la doctrina Monroe, adaptándola a este momento histórico y a la necesidad de los Estados Unidos, de ejercer el papel de «gendarme» del continente.

Así, se impuso en Centroamérica y el Caribe la máxima de Theodore Roosevelt «no hables mucho y utiliza la estaca», denominada The big stick (o «política del garrote»), con la cual Estados Unidos, apoyándose en el poderío militar y económico, intervino en los territorios del Caribe y Centroamérica alcanzando la supremacía en toda la región. Entre 1904 y 1935, las intervenciones norteamericanas se efectuaron bajo múltiples pretextos (guerras civiles, luchas partidistas, conflictos sociales, bancarrota, deuda externa), combinando la intervención armada con medidas de tipo financiero y político, que permitiesen —pasada la intervención— dejar a resguardo los intereses del mercado estadounidense y de sus socios interiores. Así, verifica históricamente:

• Cuba: 1898-1902; 1909; 1911-1912; 1917-1922. • Panamá: 1903 y 1904; 1916 a 1921 supervisaron las elecciones y en 1925   nueva intervención.
• República Dominicana: 1903, 1904 y 1905, controló los ingresos aduaneros   hasta 1941.
• Haití: de 1914 a 1934 fue protectorado financiero de los Estados Unidos.
• Nicaragua: 1909, de 1912 hasta 1925; de 1927 hasta 1933.
• Honduras: en 1903, 1907, 1911 y 1912, 1920 y en los años 1924 y 1925.
• México: en 1914 durante la revolución bombardearon y ocuparon Veracruz.
En 1908, llegó a la Casa Blanca el presidente William Howard Taft, quien continuó con las políticas intervencionistas de su predecesor, pero no ya por la «debilidad crónica» o «incapacidad permanente» de los latinoamericanos, sino con el objeto de promover y expandir los intereses financieros y bancarios norteamericanos. Esta preocupación por afianzar la consolidación en Latinoamérica de los negocios monetarios de los bancos de los Estados Unidos se conoce como «diplomacia del dólar». En la práctica, la «diplomacia del dólar» se implementó mediante la intervención de representantes bancarios, como el National City Bank of New York, en los asuntos económico-financieros o en situaciones de bancarrota por deuda externa o déficit en la balanza de pagos de naciones latinoamericanas, como por ejemplo los casos de Haití (1910-1920), Nicaragua (1914) o República Dominicana (1912-1924).

En lugar de intervenir militarmente en una etapa de crisis, intervenían los banqueros a través del apoyo financiero y diplomático ante los acreedores europeos, para el «salvataje» de sus economías. Los bancos facilitaban préstamos de millones de dólares a cambio del derecho de controlar las aduanas, participar de las inversiones de infraestructura de los ferrocarriles e intervenir en los bancos nacionales.

En 1912, los demócratas recuperaron el poder en Estados Unidos con la llegada de Woodrow Wilson a la Casa Blanca. Sin embargo, la política intervencionista no varió, puesto que Wilson tenía la firme convicción de que los Estados Unidos debían asegurar que las democracias constitucionales se establecieran fuertemente en Latinoamérica, para «… enseñarles a los suramericanos a elegir hombres buenos… ningún Gobierno latinoamericano debería ser reconocido [por Estados Unidos] si no se ha formado según las líneas constitucionales» (Wilson, 1931). Pese a su creencia en la civilización y la democracia, Wilson decepcionó a quienes, impresionados con su discurso público a favor del republicanismo, no advirtieron sus objetivos de expandir los mercados y ampliar su hegemonía. En nombre de la democracia y la civilización, intervino financiera y militarmente en asuntos internos de países latinoamericanos como en Haití, República Dominicana, Nicaragua, Cuba y trató de influir en el curso de la Revolución mexicana; en muchos casos, lo hizo para consolidar los regímenes dictatoriales más que para alentar la práctica de la democracia. La retórica de enseñar a las repúblicas latinoamericanas a elegir hombres buenos no fue puesta en práctica, ya que siguieron apoyando a los líderes sobre la base de la conveniencia de sus intereses y no de los principios democráticos. Pero las intervenciones financieras norteamericanas no aseguraron la estabilidad económica ni política que pregonaban y aun cuando emprendieron obras en mejoras de infraestructura en las áreas de salud, comunicaciones y obras públicas, no fueron aceptadas por los haitianos, nicaragüenses y dominicanos, quienes se tornaron crecientemente rebeldes y desdeñosos frente a la presencia norteamericana en sus países con la condescendencia de sus gobernantes. Así se sucedieron distintas reacciones y levantamientos que fueron abortados con la intervención militar que actuó como complemento de la «diplomacia del dólar», una variable más del dispositivo de dominación para consolidar los objetivos de penetración económica y hegemonía en el hemisferio.

PUERTO RICO Y LA PÉRDIDA DE LA SOBERANÍA   
  Puerto Rico, al igual que Cuba, fue ocupado militarmente tras la guerra con el objeto de controlar la organización política de la isla. En 1900, el Congreso norteamericano dictó la Ley Foraker, por la cual el gobierno civil de la isla debía ser ejercido por un gobernador elegido por el presidente de los Estados Unidos al igual que los jueces de la Corte Suprema, en tanto que una elección local designaría los integrantes de las cámaras y los municipios. Puerto Rico no podía firmar tratados comerciales con otros países ni determinar sus aranceles aduaneros; debía transportar sus exportaciones solo en buques norteamericanos e integrar el dólar a su sistema monetario, constituyendo de hecho un protectorado económico financiero norteamericano. Como tal no tuvo —ni podía tener— ejército propio; en su lugar, los oficiales norteamericanos organizaron una Guardia Nacional, pero el servicio militar debía hacerse en el ejército estadounidense, con el idioma inglés como el oficial de enseñanza.
Con los años, y después de varias revueltas frustradas que buscaban su independencia, EE.UU. le concedió a la isla el estatus de Estado Libre Asociado.
Eso permitió que, a partir de 1952, el territorio pudiera escribir su propia Constitución y elegir a su gobernador mediante el voto popular. A diferencia de los otros 50 estados de EE.UU., Puerto Rico tiene un "delegado" en el Congreso que no tiene derecho a voto.
También tiene partidos políticos distintos a los que se alternan en el poder en EE.UU.: el Partido Popular Democrático, Partido Nuevo Progresista, Partido Independentista Puertorriqueño.
Por otra parte, los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses y, de acuerdo a una sentencia judicial de 2015, la isla es un territorio de los Estados Unidos sujeto a la autoridad y poderes plenipotenciarios del Congreso de ese país.”

FUENTE: “Atlas Histórico De América Latina Y El Caribe. Aportes Para La Descolonización Pedagógica Y Cultural”. Universidad Nacional de Lanús. 2016


REALIZAR LAS SIGUIENTES ACTIVIDADES:


A.   Describir cada una de las políticas de gobierno llevadas adelante por Estados Unidos en diferentes momentos del siglo XX (no olvidar mencionar años de las mismas, Presidente a cargo)

B.   Realizar una línea de tiempo con los diferentes momentos de intervenciones norteamericanas en el resto del continente.

C. Buscar información en internet acerca de los partidos tradicionales norteamericanos: republicanos y demócratas. Caracterizar a ambos en algunos aspectos de sus ideas políticas/económicas.

D  ¿Cuál es el estatus actual de Puerto Rico de acuerdo al texto?

e. Después de haber leído con atención el texto, de acuerdo a tu interpretación del mismo ¿Cuál o cuáles te parecen son los intereses o motivos que determinaron la política exterior norteamericana en el siglo XX?


  1. ARTICULOS PERIODISTICOS:
 LATINOAMÉRICA Y ESATDOS UNIDOS ANTE LA PANDEMIA DEL COVID19 (CORONA VIRUS)

  1. Leer los textos periodísticos y elabora un esquema simple con la situación en nuestro continente.
La situación en América Latina
El primer caso de coronavirus en América Latina se registró en Brasil el día 26 de febrero. Se trataba de un hombre que había regresado de Lombardía, en el norte de Italia, una de las zonas más afectadas de Europa. Dos días después, México confirmó su primer contagiado, también proveniente de aquella zona.
Desde entonces, el número de contagiados ha aumentado exponencialmente en la región, que ha tomado diferentes medidas para paliar la propagación del virus: cerrar fronteras, suspender las clases, solicitar aislamiento social, disponer de cuarentena.
A la fecha, los únicos países latinoamericanos que no reportaron contagios son Haití, Nicaragua y El Salvador.
Con la reciente confirmación de pacientes infectados en Haití, la presencia del nuevo coronavirus se ha generalizado en toda América Latina.
La nación más pobre del hemisferio occidental reportó en la noche del jueves 19 de marzo los dos primeros casos de covid-19 y decretó desde entonces el estado de emergencia para intentar frenar la expansión de una pandemia que en el mundo había dejado más de 11.000 muertos, según el Instituto Johns Hopkins de EE.UU.
"Las escuelas, centros de formación profesional, universidades estarán cerradas desde este viernes. El gobierno declara un toque de queda en todo el territorio nacional entre las 8 p.m. y las 5 a.m. a partir de este viernes", anunció el presidente, Jovenel Moïse.
"Tanta gente viviendo hacinada, sin agua potable o jabón, sin poder abastecerse de comida y sin poder comer si no trabajan... creo que la epidemia de cólera fue predictiva (de lo que puede pasar ahora): Haití tuvo la peor que se ha dado en la historia. La pesadilla será peor que la de Italia", afirma Brian Concannon, fundador del Instituto para la Justicia y la Democracia en Haití (IJDH).

ESTADOS UNIDOS:

Un hombre que regresó a Estados Unidos de China en febrero pasado se sintió resfriado y fue a una sala de emergencias en Miami ante el temor de haberse contagiado de coronavirus durante su viaje. Tras un par de análisis, los médicos le dieron la buena noticia: era solo un catarro común. Le recetaron algunos medicamentos para el malestar y lo mandaron a casa.
A medida que el virus se esparce por el país y que los contagios aumentan, académicos, expertos en salud y organizaciones civiles temen que el caso -reportado primero por el Miami Herald- no sea el único.
O peor: que la propia forma en la que está diseñado el sistema de salud estadounidense -el más caro del mundo- contribuya de forma indirecta a una mayor expansión del covid-19.

La semana pasada el gobierno de Trump pidió más de US$8.000 millones al Congreso para hacer frente a los efectos del virus, mientras el Departamento de Salud solicitó US$2.500 millones para monitorear y detectar los contagios, apoyar a los gobiernos estatales y locales y desarrollar vacunas y tratamientos.
Trump designó a su vicepresidente, Mike Pence -sin ninguna experiencia en manejo de temas de salud- al frente de la "fuerza de choque" que dirigirá las tareas para combatir el virus en el país.

Sin embargo, hasta la fecha, aunque Trump anunció el veto a la llegada de extranjeros desde 26 países europeos y se han adelantado numerosas medidas económicas para intentar calmar los mercados y estabilizar la bolsa, se desconoce cuál es el plan concreto del gobierno para intentar lidiar con el virus desde su sistema de salud pública.

         Estados Unidos suspende la entrada de extranjeros desde 26 países de Europa para evitar la propagación del coronavirus

"Nunca se está preparado para un virus como este y creo que ningún país lo estaba. Pero es cierto que en el caso de EE.UU. la respuesta no ha sido lo suficientemente rápida", le dice a BBC Mundo Alex Greninger, experto en virología de la Universidad de Washington.
Uno de los hechos que mayor desconcierto causa entre la comunidad científica estadounidense es el número de casos reportados oficialmente por las autoridades de salud.

"Lo que pasa ahora es que, a ciencia cierta, no sabemos cuántos casos hay realmente en el país", le comenta a BBC Mundo el doctor William Schaffner, profesor de Medicina Preventiva y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville.

Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la organización de salud pública estatal encargada del monitoreo del virus, hasta el martes 11 de marzo se habían reportado 696 casos y 25 muertes en EE.UU.
Y si bien los expertos consultados por BBC Mundo consideran que las estadísticas de la organización son fiables, creen que los problemas que presentaron los CDC desde un inicio para monitorear los casos llevaron a que sus cifras no den cuenta actualmente de la verdadera expansión del virus por EE.UU.

FUENTES:

-https://www.pagina12.com.ar. (18 de marzo de 2020). “La situación en América Latina”
-https://www.bbc.com. (12-03-2020) “Coronavirus: por qué EE.UU. "está fracasando" en la forma en que combate el covid-19 y cómo deja en evidencia su sistema de salud”.