SOCIOLOGÍA –
6to 1ra, 6to 2da, 6to 3ra
Prof. Fabián
Hamm
Tema: Introducción al estudio de la Sociología
Objetivos
Que el estudiante
logre
·
Entender y reflexionar las múltiples interrelaciones que
existen entre el Estado Argentino y la sociedad a través de las regularidades
normativas.
Actividad 1: "¿Cómo se estudian las Sociedades?
Leer en voz alta y analizar el siguiente
artículo periodístico:
SÁBADO, 26 DE
SEPTIEMBRE DE 2009
CIENCIA, SOCIEDAD Y MENEMISMO: DIALOGO CON SUSANA TORRADO
Lavar los platos
El 24 se cumplieron 15 años de aquel infausto “que se
vayan a lavar los platos”, del entonces superministro Domingo Cavallo (¿alguien
se acuerda de él?, ¿o más bien de las consecuencias de su política?), dirigido
a la socióloga y demógrafa Susana Torrado, que hizo la primera advertencia de
que estábamos yendo de cabeza hacia el desastre. Fuimos, efectivamente, hacia
un desastre que la sociedad todavía está pagando. Pero, afortunadamente, la
ciencia argentina levantó la cabeza... Y marcha.
Doctora Torrado, se cumplen 15 años de
aquel episodio. ¿Cómo lo recuerda?
–Se
trata de un suceso que no voy a olvidar nunca, y que quedó de referencia. Pero
lo más importante es que, más allá de que Cavallo descalificó y mandó a lavar
los platos a una investigadora, los científicos reaccionaron de una manera de
la que no recuerdo antecedentes. Respondió como verdadera comunidad.
–¿Que implicó esa respuesta como
comunidad?
–Fue
una demostración pública de defensa en bloque de la práctica científica y una
manifestación clara del respeto que el poder político le debe a toda actividad
científica.
–¿Cuál era la situación de las
ciencias sociales en aquel momento?
–Empezaba
a hacerse evidente que la actividad científica podía ser útil para el
diagnóstico del país. Hasta la recuperación de la democracia, las ciencias
sociales estuvieron censuradas, perseguidas y refugiadas en los centros
privados, con tremendas restricciones de acceso a, por ejemplo, los datos del
sistema estadístico nacional, que son un insumo fundamental. Y en los años que
van de 1984 a 1994 rehicimos el campo de las ciencias sociales, se recuperó el
entramado académico y comienzan a salir al espacio de los medios de
comunicación los resultados de los trabajos.
–Y aquel día de septiembre de 1994 a
usted se le ocurrió decir que “el Rey está desnudo”... Mejor, tratándose de
Menem, pongámoslo con minúscula, “el rey está desnudo”.
–Bueno,
yo trabajaba en el Centro de Estudios Urbanos y Regionales, una institución
independiente, ubicado en el edificio de la esquina de las avenidas Corrientes
y Pueyrredón...
–En el edificio de los 70 balcones y
ninguna flor...
–Sí, ese mismo. El periodista Gerardo Young me hizo una entrevista para la radio acerca de nuestras investigaciones y critiqué la tasa de desocupación oficial, dije que era un indicio de las consecuencias que pronto traería el ajuste neoliberal. El ministro Cavallo se enteró de la crítica justo cuando estaba en una reunión con periodistas y allí me desacredita de una manera muy grosera y me menciona como “esa mujer”... Claro, no me conocía.
–Pero además era un mal momento para
el Conicet, estaba en duda su supervivencia...
–Sí,
así es. Era una situación muy especial, un científico se animaba a contradecir
lo que nadie discutía, y encima una mujer. La gente joven del Conicet lo tomó
como un insulto a los científicos, más allá de Susana Torrado. A la vez era el
Conicet el que venía a señalarle a Cavallo las consecuencias de su modelo
económico. Para él resultó insoportable, por eso buscó todas las formas
posibles para desacreditarnos. Me acuerdo de un acto muy bueno que llamamos
“Enseñándole al ministro”, que funcionó como una radio pública en Plaza de Mayo
frente a la ventana de su despacho del Ministerio de Economía; recuerdo que
estuvo Pérez Esquivel y otra gente, vino mucha gente a la Plaza y se habló de
política, de ciencia y de libertad académica.
–¿Cree usted que la clase media
acompañó en esa defensa?
–En
primer lugar, “la clase media”, como categoría, me causa problemas. Creo que es
necesario entender que lo que se intenta agrupar con la etiqueta de clase media
es una sumatoria de grupos muy disímiles. Hay sectores que pueden ser sensibles
a atropellos de este tipo y otros que ni se enteran, ni se movilizan.
Justamente me estoy abocando a esta problemática: estoy por publicar un estudio
acerca de la composición, orígenes, mecanismos de bienestar y vías de movilidad
social tanto ascendente como descendente, centrado en las clases medias.
–¿Alguna vez Cavallo la llamó para
disculparse?
–No.
–¿Se habrá arrepentido?
–Supe
que Cavallo lamenta lo ocurrido, incluso lo dijo en una reunión pública en la
Facultad de Medicina. Pero nunca retrocedió, no es una persona de ceder.
–¿Cree que dejó algún tipo de lección
a la llamada “clase política”?
–Creo
que resultó un avance en hacer entender el rol de la actividad científica.
Hacer ciencia no es encerrarse en el laboratorio o sólo sentarse en un cuarto a
leer. El rol de la ciencia es clave en la vida de la sociedad, y el científico
no es más ese estereotipo de distraído. Como lo demuestra el caso del Indec, su
práctica genera información que tiene aspectos sociales y económicos
inherentes, que son todo menos abstractos. Hoy en los sectores políticos hay
más conciencia respecto de la importancia de la actividad científica. Como lo
muestra el conflicto y la intervención política en el Indec, claro ejemplo de
la tensión en la relación de los científicos con el poder político, de colisión
de la ciencia con los gobiernos de turno, sea del partido que sea. Al respecto,
hace décadas que digo que el Indec tiene que ser un ente autárquico y autónomo.
–La pregunta sociológica es: ¿por qué
persiste el estereotipo de mujer que lava los platos? ¿Por qué no es unisex?
–Es
una construcción cultural que viene de muy atrás, pero está cambiando; creo que
cada vez hay más hombres que lavan los platos y más mujeres que ya no quieren
lavarlos. Lo que pasa es que hay sectores sociales a los que esos cambios los
aterran. ¡Cómo una mujer va a salir de su casa, va a estar todo el día afuera y
no se ocupa de sus hijos, de la limpieza, ni le prepara la cena a su marido!
–Pero si tomamos lo que nos decían en
la escuela, no sólo no se hablaba de obligaciones domésticas unisex sino
tampoco de una Argentina con diferencias étnicas.
–Es
cierto, eso se debe a varias razones. Por un lado, durante años, éste fue un
país integrado, no estaban las diferencias que se encuentran en México, por
ejemplo, entre los indígenas y los inmigrantes europeos. Pero en la actualidad,
cuando se comienza a analizar quiénes son los pobres y quiénes no, o quiénes
son los que ascienden y quiénes los que se quedan, se advierte que la
diferencia étnica viene de muy lejos.
–¿Desde cuándo?
–Diría
desde fines del siglo XIX, cuando se define el modelo agroexportador, se
expande la pampa húmeda, se empobrece el Norte y empiezan ahí a contar
diferencias étnicas entre la población europea y sus descendientes, radicados
en zonas urbanas de la pampa húmeda y la población criolla anterior a la
recepción de inmigrantes europeos, que se quedó en sus regiones. Recién
después, a partir de las décadas del ‘30 y del ‘40, con el proceso de
industrialización, la población criolla empezó a moverse y a adoptar pautas de
modernización de comportamientos.
–¿Haría falta una mayor toma de
conciencia étnica?
–Agregando
la variable étnica, se entendería mejor la desigualdad social, porque en las
raíces de la desigualdad actual están estas diferencias étnicas. Se entendería
además por qué es tan poco fuerte la identidad argentina –que no es de las más
fuertes– no sólo porque los inmigrantes no vinieron de Europa sino “de los
barcos”.
Susana Torrado es Licenciada en Sociología y Dra. en
Demografía. La Dra. Torrado se hizo tristemente célebre por un episodio que
ocurrió en 1994, durante el gobierno de Carlos Menem. A partir de los
resultados de su trabajo Torrado anunció públicamente ciertas cifras que
revelaban el aumento del desempleo en los años de la convertibilidad. Domingo
Cavallo, entonces Ministro de Economía, le respondió que "se fuera a lavar
los platos", desatando una réplica indignada de los científicos y de la
sociedad en general.
Responder:
¿De qué se ocupa una socióloga? ¿Qué tipo de
problemas estudia y cómo los abordan? (2 puntos)
¿Qué
dijo Cavallo, y en qué contexto? ¿Qué respondieron los científicos? ¿Por qué la
respuesta del ministro generó controversia?
¿Qué
tipo de conflictos estaba poniendo en evidencia la respuesta de Cavallo? (2
puntos)
¿Creen
que el ministro le habría dicho lo mismo a un investigador varón? ¿Ocurren
situaciones similares en otros campos? (2 puntos)
¿La
palabra de las mujeres tiene el mismo "peso" que la de los hombres en
nuestra sociedad? ¿Varía esto en diferentes contextos? (2 puntos)
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Actividad 2: Los problemas de la sociología
La Dra. Torrado nos cuenta que los sociólogos buscan descifrar los mecanismos de funcionamiento del conjunto de la sociedad. En el fragmento anterior, nos explica que la sociología como disciplina científica está dividida en muchos subcampos, que tienen objetos de estudio propios y, a veces, metodologías diferentes.
También
da como ejemplo el campo de la llamada "Sociología de la
marginalidad" y nos cuenta que, en las ciencias sociales, antes de abordar
cualquier estudio es fundamental que los investigadores se pongan de acuerdo en
cómo definir el objeto que van a estudiar. En este caso, deben formularse la
pregunta de "¿Qué entendemos por marginalidad?" y responderla a
partir de un marco teórico, es decir, un cuerpo de ideas que dé sentido a la
definición a la que arriben.
Torrado
también nos cuenta que existen diferentes ángulos para aproximarse al objeto de
estudio en cuestión. Por ejemplo, ¿cuáles son las causas de la marginalidad? o
¿cómo es la vida cotidiana de las personas en situación marginal? Estos
diferentes ángulos utilizan diferentes metodologías de estudio, desde el
análisis de estadísticas oficiales (como las provistas por el Instituto
Nacional de Estadística y Censo, INDEC) hasta la observación participante, en
la que los investigadores se sumergen en el contexto que quieren investigar
durante cierto tiempo, conviviendo con los grupos que les interesa estudiar.
Leer
y luego analizar el siguiente artículo:
20/10/2005 - 00:00
Alguna realidad
queda oculta
Muchos datos sociales y económicos que aluden a la
desigualdad no aparecen revelados en las estadísticas. No se trata de ninguna
acción conspirativa sino de dificultad de registro de los sectores más
vulnerables.
Cuando se trata de detectar estadísticamente la
desigualdad de bienestar entre grupos o segmentos sociales, sucede un hecho
recurrente: aparece con anormal frecuencia la palabra "oculto".
Veamos algunos ejemplos.
En economía, se denomina desempleo oculto al conjunto
de desocupados que, a pesar de desear trabajar, no hicieron ninguna gestión
concreta para buscar empleo durante el lapso de referencia de la medición. Se
los denomina "desalentados" porque se supone que no buscan empleo por
estar convencidos de que no van a encontrarlo; pero también se incluyen aquí
aquellos que no poseen vestimenta adecuada para la presentación, o no pueden
sufragar el costo del transporte, etc.
Se designa como subempleo oculto al conjunto de
aquellos que sí trabajan al menos durante una jornada de duración normal, pero
con niveles de remuneración tan ínfimos e inestables que no alcanzan a cubrir
sus necesidades más elementales (ejemplo paradigmático, los limpiaparabrisas o los
changarines de todo tipo). El subempleo oculto es aquel segmento del mercado de
trabajo que frecuentemente se denomina "sector informal".
Son conocidas las situaciones de empleo en negro (no
registrado) y de salario en negro (no contabilizable para la seguridad social).
Menos difundidas son algunas expresiones que se usan
en antropología alimentaria: el hambre silenciosa u oculta designa la
malnutrición o desnutrición crónica que padecen aquellos sectores cuya ingesta,
si bien puede satisfacer la recuperación cotidiana de la energía necesaria para
el trabajo, carece de nutrientes esenciales (hierro, calcio, vitaminas, etc.)
para preservar la salud en el largo plazo. En este dominio se habla también de
circuitos de abastecimiento ocultos para aludir a los mecanismos de
aprovisionamiento alimentario no registrados a los que apelan los carenciados.
En demografía, existen las familias ocultas: se trata
de parejas jóvenes, con o sin hijos, o bien madres solas con hijos (núcleo
monoparental) que, por no poder acceder a una vivienda independiente, viven en
casa de sus progenitores o de parientes cercanos. Por ciertas características
de la captación estadística, estos núcleos familiares no son registrados ni en
los censos ni en las encuestas de hogares.
Mucho más trascendente es la desigualdad oculta ante
la muerte. Esta expresión designa la imposibilidad de medir la esperanza de
vida de la que gozan, respectivamente, pobres y no pobres, debido a la falta de
registros adecuados.
En efecto, las estadísticas actuales apenas nos
permiten captar esta desigualdad entre jurisdicciones, pero, la distancia de la
es peranza de vida de la población de Formosa respecto a la de la población de
la Ciudad de Buenos Aires es, sin duda, muy inferior a la que debe existir
entre los pobres de la primera y los ricos de la segunda.
Hay otros muchos ejemplos cuya enumeración aquí podría
resultar redundante. Pero no debería olvidarse que, dentro de la Ciudad de
Buenos Aires, tenemos una ciudad oculta.
Ahora bien, todas estas situaciones de opacidad
afectan esencialmente a los estratos sociales más vulnerables: en general se
trata de la imposibilidad de captar alguna dimensión del bienestar que, por
concentrarse en los más desmunidos, tiende a subestimar casi exclusivamente la
medición del nivel del bienestar de estos últimos.
El corolario obvio es que nuestros estudios sobre la
desigualdad social —por ejemplo, nuestros intentos por captar los efectos
diferenciales de las políticas regresivas de la década del 90— están
irremisiblemente sesgados a la baja. Esta circunstancia deberemos tenerla
siempre presente.
Es importante destacar que estos rasgos del sistema
estadístico no responden a ninguna acción conspirativa, ni por parte de los
organismos internacionales donde se originan las recomendaciones de medición,
ni por parte de los entes nacionales que producen las estadísticas argentinas.
Existe (también subterránea) una lógica social que
ayuda a reproducir el sistema de dominación ocultando sus peores efectos:
consiste en "naturalizar" —es decir, en presentar como formando parte
del orden natural de las cosas— hechos, obras y sucesos que son producto de las
configuraciones ideológicas inconscientes que guían el accionar de hombres e
instituciones.
Actividades:
1. En
base a lo leído, elaborar una definición de marginalidad. ¿Qué entendemos por
esto? Según esta definición, ¿qué características debería tener una persona o
grupo de personas para quedar "adentro" o "afuera" de esta
categoría? Esta puesta en común no es sencilla (tampoco lo es para los
sociólogos) ya que implica poner en juego diferentes concepciones del mundo que
influyen en cómo entendemos la marginalidad. El objetivo no es llegar a la
definición "correcta", ya que no existe tal definición objetiva, sino
poder llegar a una definición consensuada y fundamentada. (3 puntos)
2. Formular diferentes preguntas en relación al tema que puedan contestarse a partir de una investigación. Por ejemplo, dentro de la población en situación de marginalidad, ¿qué porcentaje son niños? ¿Cuántos de ellos van a la escuela? ¿Cuáles son las fuentes más comunes de ingreso para la gente que no forma parte del sistema de trabajo formal? ¿Cuáles son los dilemas que enfrenta cotidianamente una persona en situación marginal? (3 puntos)
3. Como
hemos dicho, cada pregunta conlleva una o algunas metodologías apropiadas para
responderlas. Por ejemplo, si luego de definir qué se entiende por población
marginal nos preguntamos cuántos de ellos son niños, podríamos recurrir a las
estadísticas del INDEC (http://www.indec.gov.ar). Pero si nos preguntamos por los
dilemas que enfrentan diariamente las personas en situación marginal, podríamos
realizar entrevistas u observación participante.
Luego de proponer las preguntas, idear formas de
responderlas y ordenarlas en un cuadro como el que sigue: (4 puntos)
Pregunta
|
Método/s para responderlas
|
¿Qué porcentaje de la población en
situación marginal son niños?
|
Estadísticasoficiales
|
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